Nosotros
La Mano de la Vida ha puesto muchos pensamientos en mi mente y, a la vez, me ha dado unas manos para transmitirlos. Nunca he pensado ser dueño de cuanto a través de mí exterioriza mi Todo y, por medio de él, Todo el Todo Consciente de Sí (despierto) de Nuestro Creador Común; porque, ¿acaso no sería una pretensión para un manzano sentirse dueño de las manzanas que han madurado en sus ramas? Aunque lleven su sello y su particularidad, esas manzanas jamás se hubiesen producido sin la intervención de todo el entorno: desde el agua caída del cielo, pasando por la tierra y todos sus seres y el aire y el Sol, hasta la misma presencia de los hombres que le animaron con sus pensamientos y su cariño a crecer. En cierta forma soy un fruto del entorno madurado en la rama de mi familia, que desde mí más temprana edad supieron rodearme de todo el amor necesario. Después, a lo largo de miexistencia en este vehículo físico, siempre me he rodeado de seres maravillosos que han contribuido, cada uno con su propia particularidad, a darme todo aquello que poseían en su interior. Podría desde aquí recordar a cada uno. Algunos ya han dejado sus vehículos planetarios, otros aún continúan en ellos esperando el momento en que la Mano de la Luz los saque de estos niveles de aprendizaje y de sosiego para el espíritu. La mayoría de estos seres son humildes, de corazón grande y muchas veces no conscientes de lo grandes que son, por lo que son doblemente grandes; porque he podido observar por mí mismo que muchas veces el saber que se es algo obstruye el fluir limpio y puro de ese ser. Me gustaría recordar con especial adoración al ser pasivo a través del cual me introduje en esta vida. Mi madre me ha enseñado en su silencio y su entrega abnegada a las circunstancias de su entorno más que ningún ser vivo. Me gustaría recordar con especial adoración al ser activo que positivo mi venida a este Nivel de Conciencia. Mi padre siempre me puso en sus sueños y quiso para mí lo que él quiso para sí mismo y no pudo ser por sus circunstancias. Tan sólo pido ser igual que ellos si algún día la vida me da hijos físicos e hijos espirituales. Mi agradecimiento por lo que he llegado hoy a ser, no sólo lo dirijo a ellos, sino que lo extiendo a toda mi familia física y a mis amigos más íntimos: aquellos que siempre me escucharon con el corazón. A mis hermanos espirituales que desde el silencio siempre han velado por mi ser. En definitiva, a Nuestro Amado Creador Padre Común de 'Todo Cuanto Es, porque El es yo en mí intimidad incompartida, y yo soy El en todo cuanto existe. Por todo cuanto digo, si en algo os llena o en algo os alimentáis de estos escritos, no me lo agradezcáis a mí, sitio a todos aquellos que me maduraron y en última instancia a vosotros mismos que sois también el 'Todo. También me alimentáis al alimentaros, como yo os alimento al alimentarme. Y ahora que he cumplido con la parte afectiva, voy a la parte puramente informativa de esta obra. Después de mucho tiempo buscando cuál sería la forma más adecuada de exponer una serie de conceptos e ideas relacionadas con algo tan familiar y cotidiano como es la vida humana. Después de dar rienda suelta a algunos puntos de vista que han madurado en mi interior sobre lo que debe ser el ser humano por encima de todos los juicios parciales emitidos sobre él por él mismo durante muchas generaciones. Después de ver esto y más cosas, he llegado a la conclusión de que aunque los libros no sirven literalmente para nada, si el ser que los lee está dormido al menos, estos que yo escribo, podrán generar en algunos de sus lectores ciertas sensaciones en sus espíritus, parecidas a las sensaciones que producen, en una persona dormida, lo que ellos llaman pesadillas, permitiéndoles de esta forma, por un momento, abrir sus ojos cargados de sueño y mirar de una vez por todas la cueva donde hacen diariamente lo que ellos llaman vida y que no es otra cosa que roncar con más o menos sobresaltos. En el corto lapso de tiempo que vislumbren la realidad, libres de todo el ropaje que les ha creado la llamada civilización, se sentirán tan desnudos frente a ellos mismos que no podrán mirarse; pero poco a poco, aunque de reojo, reconocerán sus formas sin ornamentos y entonces, sólo entonces, podrán hacer su casa interior... la suya, donde su conciencia se sienta libre y sin pudor. Este libro que, en cierto modo, culmina una serie que empezó en los "Diálogos con Abul-Beka", continuó con "los pensamientos enlatados" para desarrollar la tendencia íntima del espíritu a reencontrarse, es decir, lo que llamamos meditación del "Yo soy tú mismo", que a su vez continuó con "Yo soy cuando comprendo", con "Diálogos con Abul-Beka II", con "Oraciones hacia el interior de fuera", con "El lenguaje de la vida", y por último con "Más allá de mí mismo también soy yo" y "Vívete", tratará de presentar los planteamientos eternos del ser humano desde otra perspectiva y ahondando en ciertas particularidades que me interesa mucho destacar. En este libro trato de introducir al lector en una visión del mundo planeta 'Tierra, es decir, de Dana, bajo una perspectiva distinta a la que habitualmente suele tener. Quizás desde esa perspectiva se puedan asimilar mejor ciertos pensamientos-madre que de una u otra forma han repercutido sobre la humanidad en todos los tiempos y que, por desgracia, no han arraigado convenientemente en la conciencia colectiva. También me interesa desarrollar el concepto de las analogías, y parto de la base de que cada ser humano es en sí una unidad de conciencia del psiquismo de Dana. También deseo explicar el actual estado de primitivismo de la relación humana como una consecuencia de que la propia "conciencia de sí" de Dana está en formación. Por otra parte, a través de una serie de seres conscientes que exteriorizan en este libro su propia particularidad, trato de presentar el hilo común que une, en el fondo, a toda la sabiduría humana. También llego a la conclusión de que la única forma de posibilitar un despertar armónico y consciente de la humanidad y por tanto de la "conciencia de sí" de Dana, es creando realmente unos organismos internacionales autosuficientes y cosmopolitas, que proyecten unos principios de convivencia comunes para todo el planeta, basados en lemas que por su imparcialidad y sabiduría sean asimilados por todos los seres humanos, sin oscurantismo de ningún tipo. Estos lemas o mandamientos, yo los resumiría en el decálogo que pongo en boca de Histarión o Moisés dentro de la trama del libro, y a ellos añadiría el aconsejar la colocación de una fotografía de Dana (es decir, del Planeta Tierra) en el sitio más destacado de todos los lugares públicos y sobre todo en los que se imparte la ciencia sagrada de la educación. |
Tomar conciencia de que todos somos un mundo y amarlo intensamente. Ser consciente de que todo cuanto vemos, en ese aparente "fuera de nosotros", a través de los sentidos, somos también nosotros, es algo esencial para la armonización de este Ser Planeta Tierra llamado Dana y paralelamente para cada uno de nosotros como partes conscientes de él. Hay una oración que dice así: ¡Qué día será aquél en que cuando un ser humano mire, sepa que se ve! ¡Cuando un ser humano sienta, sepa que se siente! ¡Cuando un ser humano comprenda, sepa que se comprende¡ !Qué día será ese cuando comprenda que todos los pasos que dio eran dentro de "él mismo"! Pero la mano de la vida nos coloca, a veces, en la incertidumbre y nos plantea vicisitudes difíciles de solucionar, aunque también nos tiende las miradas amorosas de otros seres que están a nuestro lado y nos ayudan con su caminar. Me gustaría hablar particularmente para aquellos seres humanos que se sienten solos o que bajo el peso de un problema planteado por ellos mismos, al traducir su vida se sienten abrumados. Me gustaría, y sé que el querer es poder, adentrarlos en mi luz y llenarlos de mi armonía. La Mano de la Vida me ha colocado en un lugar donde contemplo el fluir armónico a veces, alocado otras, según los tramos del río de la humanidad. Más de una vez me salpica su agua y muchas veces también he ido hasta él para saciar mi sed o lavar mi cuerpo. Y muchas veces he sucumbido al engaño de creerme ser como el reflejo que sus aguas ha proyectado: ondulante, inquieto, transitorio. En "Nosotros" trato de mostrar dentro de los temas del libro que existe una parte, la otra parte de nuestro ser completo, donde podemos mirarnos sin sentir ni dejar de ser por un momento lo que somos, y sabiendo que nos proyecta tal y como-somos en esencia. Esa parte es nuestra otra polaridad en el plano del espíritu. Quizás cada ser, en lo más hondo de sí, busque el equilibrio de su completo y sólo así llene el vacío de incertidumbre e insatisfacción con que pasa una y otra vida buscando. En mi caso podría decir que es algo que no se puede llenar con ningún molde humano. Hasta puedo decir que llegar a ser completo en el plano humano no sería bueno ya que destruiría toda lucha por el dormir de la existencia y todo interés por la vida desde este plano humano. Aunque el completo, al presentarse aquí como dos seres separados, crearía el problema de la sintonización de los vehículos de exteriorización físico, emocional y mental, que serían necesariamente distintos. En el relato se analizan los dos estados de un completo: fuera de los niveles humanos donde son "Nosotros" y dentro de los niveles humanos donde deben de contarse sus experiencias para entenderse y tomar conciencia de vivir aquí. No se aún qué fuerza interna me impulsa a escribir exteriorizando parte de mi todo, que de una forma u otra, fluyen de mí y de las que mi consciente es apenas una ínfima parte. A veces viene a mi presencia la tristeza cristalizada en un sufrimiento interno que incluso toca mi vehículo planetario externo y lo sume en una soledad absoluta, cuando veo cómo la inmensa mayoría de los seres, por su estructura y formación, son posibilidades de la propia vida de ser consciente de sí misma. Y que en la mayoría de los casos son obstruidas en esta realización por fuerzas exteriores no armónicas dirigidas por la ignorancia de aquellos seres que de una u otra forma ostentan un cierto tipo de influencia. No podríamos culpar, asimismo, a estos seres, puesto que ellos no saben lo que hacen, ya que al no haber vivido en ellos esta posibilidad de realización interna, no pueden ni imaginar la posibilidad de que, a consecuencia de ellos, otros la pierdan o tengan serios obstáculos para conseguirla. Y así va evolucionando la humanidad de una forma mecánica y esporádica. Cada cierto tiempo nace un ser que tras superar todos los obstáculos puestos por la mecanicidad, logra transmitir su propia conciencia al entorno utilizándolo y abriendo infinidad de puertas a la degradante humanidad, pero la mayoría de las veces ésta continúa dormida, por lo que el brillo de esta luz en la oscuridad apenas si perdura varias generaciones y después se oscurece para siempre. ¿Cómo poder crear la posibilidad de perdurar en el tiempo una línea de trabajo acertado para la totalidad humana? La conciencia lo ha logrado y también lo han logrado las grandes religiones. La conciencia tomando como base la observación a través del análisis y la síntesis. Las religiones continuando la línea marcada por su creador o creadores. Pero esto lo han logrado y lo logran sacrificando infinidad de puntos de vista que se consideran erróneos por el simple hecho de ser distintos, y esto ¿es correcto? Muchos me dirán: la ciencia acepta todo lo que se demuestra de acuerdo con sus directrices. Y ciertamente es así; pero justamente aquello intangible que la ciencia no puede demostrar o que no se puede demostrar para la ciencia, es lo que mueve al ser humano. Justo aquello que no nos puede dar la ciencia es lo que llena completamente la vida interior del hombre, y esto podemos comprobarlo con solo mirar a esta pobre "civilización occidental" de finales del siglo XX. Si tenemos que definirla de alguna forma, sería diciendo que es la consecuencia del rotundo fracaso de la ciencia en lograr proporcionarle al ser humano la felicidad o al menos el vivir armónicamente. Las religiones por otra parte tampoco han solucionado este problema. ¿Dónde está entonces la añorada panacea de la Armonía y felicidad humana? Los filósofos de todos los tiempos han tratado de dar una solución a este problema. Cada uno ha dejado su trabajo más o menos realizado sobre el entorno que le ha tocado vivir. Unos preparando a alumnos aventajados para que a su vez estos preparen a otros. Otros creando grupos de trabajo. Otros predicando directamente a las masas. Otros preparando directamente a sus seguidores: cada uno de la forma más acorde con sus principios y de acuerdo con sus ideas. Pero todo esto ha llevado a la realización a unos pocos y ha propiciado un crecimiento muy lento y por otra parte no asumido por la mayoría de los seres para los que era ininteligible. Ciertamente la mayoría de los seres humanos se mueven de una forma meramente mecánica y lo que aún es peor, no son conscientes de esta mecanicidad. Porque ya es un privilegio, y sólo a cierto nivel, el del ser que es consciente y se convierte en observador de su propia mecanicidad sacando partido de ella para su propia conciencia de ser. La pregunta entonces sería: ¿cómo lograr un crecimiento consciente a grandes rasgos en la humanidad desde los medios que actualmente posee? No cabe duda de que existe una pequeña parte de la humanidad que está despierta. Esta humanidad es la que, de una u otra forma, dirige al resto. Pero existe otra parte de humanidad que tiene poder y fuerza pero que no está despierta y es la que mantiene en tensión al resto, y además como esta parte es especialmente despierta en los negocios humanos, se ha dado cuenta desde hace mucho que si quiere mantener sus privilegios, debe lograr a toda costa que la inmensa mayoría humana continúe durmiendo en su mecanicidad. ¿Qué hacer frente a esto? Quizá no se puede hacer más de lo que hace la propia Mano de la Vida que es mostrarles a estos seres al final de sus existencias humanas lo vano del recorrido de sus vidas y el inmenso vacío espiritual que han ganado para sus espíritus. Pero curiosamente el ser humano no transmite el prejuicio de sus acciones o si lo hace, es muy a la larga, y el resultado es que cada generación vuelve a empezar por el principio, sin que la historia sirva de reflexión, a lo que hemos de añadir que la propia historia no suele ser objetiva e imparcial. Cayetano Arroyo |
I *** Serás consciente de que Todo Cuanto Es, Es Uno. Por tanto lo Amarás en todas las cosas. II ** No te acercarás a 'Todo Cuanto Es a través de la vanidad del 'Tener, sino del Ser y el Estar. III * Santificarás los días de tu vida y harás una fiesta de ellos para con todo lo creado. IV * Amarás y respetarás profundamente a los progenitores activo y pasivo de tu vehículo físico. A ellos debes la oportunidad de exteriorizarse en este plano de existencia. V ** No matarás el vehículo físico de ningún ser, porque le impides seguir aprendiendo en ese espacio-tiempo irrepetible. Si te adueñas de la energía física de seres de otros niveles de conciencia, hazlo a través de los ritos para liberarlos sin dolor. VI ** No alterarás el ritmo natural de las cosas cometiendo actos impuros que rompan con las leyes sabias de la Naturaleza. VII ** Lo que tu vives, sientes y piensas, sabes que es producto de tu particularidad irrepetible. Así, respeta profundamente la particularidad de los demás y ayúdala a crecer para mayor riqueza de la vida. No apliques a otros tu juicio ni tu interpretación de los actos. VIII * Respeta los bienes que sirven para el desarrollo armónico de las particularidades de cada ser. No los intentes poseer hurtándoles, porque nunca serán de tu particularidad si no te los ha dado la mano Sabia de la Vida. IX ** No desearás sino al ser que te corresponda libremente con sus sentimientos. Porque sólo existirá convivencia real en dos seres de polaridades opuestas cuando se sientan y se comprendan libremente, y así podrán, si lo desean, dar en sus hijos un fruto dulce a la Humanidad. X *** No tomarás lo que no te pertenece. Porque la Mano de la Vida tarde o temprano te lo hará devolver con creces. Estos diez mandamientos se pueden resumir en dos:
De esta forma el Amor florecerá en Dana y Dana crecerá hasta las estrellas. |