AQUÉL QUE DANZA
Aquél que danza
se olvida de sí para ser el ritmo.
Danza, poeta de la vida.
La melodía la ponen las circunstancias
y tu cuerpo es una caña
al compás del viento de las estrellas.
Danza, olvídate de tu nombre
para unirte al Gran Nombre
que todo lo explica con el Silencio.
Gira… Gira. Hasta perderte
en un no estar en ningún sitio
en un no mirar a ninguna parte.
Únete al Gran Cosmos en su girar eterno.
Danza, poeta de la vida.
Cuando empiezo a bailar
baila en mí todo el universo.
Cuando giro sobre mí
trato de unir el pasado al presente
y el presente al futuro
en un ahora prolongado
y abrazarlo en mí,
con mi cuerpo.
Cuando estoy bailando
doy la mano a las estrellas
y las uno al mundo.
Cuando termino de bailar
todo se duerme,
como en un descanso,
buscando llegar al equilibrio del sueño.
¡Oh espíritu danzante!
Que tocas con tus dedos
la flauta del cuerpo
y enciendes las notas
encerradas en sus chakras.
¡Oh, espíritu danzante!
Cada vida es una partitura
que tú debes interpretar
ante los dioses de la eternidad,
sentados más allá del tiempo y el espacio.
Cayetano Arroyo.