EL HERMANO SILENCIO
EL HERMANO SILENCIO
Y sus hermanos de Medina Runda una tarde que paseaban con Él, le preguntaron: Maestro, háblanos del silencio.
Y Abul Beka le dijo: Mirad que estoy empañando el halo cristalino del Silencio al hablar de él; mas he de hacerlo para que lo viváis en mis palabras.
El Silencio no viene cuando decimos: ahora guardaré Silencio. El Silencio es un estado del Espíritu que se desnuda de las palabras conscientemente.
Cuando viene el Silencio y se posa en la boca del hombre, se despegan las plumas de las alas del alma, que estaban mutiladas, por el alquitrán de las palabras. Entonces nace algo nuevo en el corazón. Y en la frente, posado entre las cejas, despierta un loto y se enciende la Luz.
¿Acaso no es el Silencio el traje más transparente con el que se viste la divinidad? Mas los seres humanos la han querido vestir con otros trajas a su gusto y le han puesto nombres y la han definido.
Mas, ¿se puede definir un soplo de viento? ¿Se pueden manchar con definiciones los pétalos de una rosa?, ¿se puede atrapar entre las letras de una palabra un pensamiento, como para que todos aquellos que lo roben puedan sentirlo virgen y por igual? ¿Se podría explicar con palabras un sentimiento íntimo? ¿No sería necesario un diálogo de corazón a corazón en el Silencio?
Sabed que las palabras más que unir, separan. Es el Hermano Silencio el que lo aúna todo bajo sus alas; mas aunque viva en todos sus corazones, son muy pocos los que se hacen Silencio en el Silencio.
Cayetano Arroyo.