NUEVAS DIMENSIONES
Y aquella tarde el horizonte era un aleteo. Se oían hasta los pasos del Silencio al subir por el camino que da a las murallas.
Y el hermano Sol parecía un caqui maduro que caía lentamente de las ramas del Cielo en los brazos de las montañas.
Abul-Beka, sentado a la orilla del Guadalevín, junto con sus hermanos, contemplaba el rizo de sus agua jugando por entre las piedras.
Uno de ellos le proguntó:
Maestro sublime, dinos sobre el misterio de la muerte.
Y Abul-Beka guardó silencio por unos momentos, como recordando, y después, así les dijo:
Una vez iba una oruga paseando por la rugosa superficie de un tronco, la vio una mariposa, que revoloteaba en los éteres del aire, y posándose delante de ella le dijo: Hola, hermana del pasado. ¿Por casualidad sabes tú que vendrán en el futuro días en que abandonando esa envoltura terrena te hagas voladora como yo y asciendas hacia el Cielo.
Y la oruga le dijo:
Sí. Eso es lo que me enseñaron mis padres y a ellos les enseñaron mis abuelos. Decían que después de ésta hay otra vida donde podemos liberarnos de las cadenas de la Tierra y ascender alados a nuevas dimensiones. Mas yo no lo creo, y aunque en mis días y en mis noches pienso que camino hacia algo, mi imaginación se para en este Plano donde adoro el latido de la savia y el palpitar de las hojas cuando me acarician los pies.
Entonces la mariposa se fue hacia arriba y desapareció.
Pasaron varios días, que fueron años para la oruga, y ésta notó que se le venía el final. Se fue hacia una rama saliente de pino y cuando se ponía el sol hizo su tumba de seda, acostándose para esperar la venida de la muerte.
Y con el tiempo llegó la Primavera de su nacimiento como mariposa, extendió sus alas y rauda se ensimismó en el aire y dio sus primeros aleteos hacia el Sol de la mañana. Y cuando volaba vio una oruga que subía trabajosamente por un tronco y posándose delante de ella le dijo:
Hola hermana del pasado, ¿por casualidad sabes tú que vendrán días...?