SOBRE LAS GUERRAS

SOBRE LAS GUERRAS

Y un joven vino hasta ellos y lloraba. Y era mucha su angustia y muy amplia su pena.

Se acercó al maestro y así le dijo:

Dime maestro: ¿Cómo es que aún jugamos a la guerra y dejamos que la violencia desencadene olas de odio en nuestros corazones?

¿Cuánto tiempo necesitará aún el hombre para comprender que sólo por el camino del AMOR se puede llegar a la Armonía y al Equilibrio?

Y él le respondió:

Tus sentimientos llenan mi alma porque lo que no ha preguntado ninguno que tenía físicamente más edad que tú, tú lo has hecho. Y lo que no ha sentido nadie, tú lo sientes y lo vives con tus lágrimas.

Es tan sólo la Ignorancia la que lo crea todo; porque aún ignora el hombre que todo cuanto ve está en “el mismo”. Que cuando destruye, algo suyo destruye. Que cuando altera, algo suyo altera, que cuando mata a un hermano, algo de “el mismo” mata. Porque ¿acaso las células que se rebelan en un organismo trayendo la enfermedad, no saben que perecerán ellas mismas, y con ellas el órgano y el cuerpo que la forman?

Mirad entonces –dijo mirando a todos- que un país es un órgano del cuerpo de la Tierra; y que muchos órganos creen enemistad entre sí, en vez de Armonía para beneficio de todos, ¿decidme si no es ignorancia?

Más desde pequeño se os hace beber el odio hasta aquellos que viven más allá de las fronteras. Y desde pequeño os dicen que es maldad la suya y lo vuestro es bondad.

¿Cuándo se enseñará a sentir comprensión en vez de odio? ¿A sembrar unidad en vez de partidismos? ¿Cuándo se enseñará a los niños que su hogar es el Mundo sin fronteras y su moral el AMOR FRATERNO hacia todo ser viviente? ¡Qué ha de respetar la parte de la Tierra donde viene a la vida; más que no se debe de atar a ella hasta el extremo de odiar a sus hermanos de otras partes de la Tierra!

CAYETANO ARROYO.