SUBIR HASTA LA CIMA
Subir hasta la cima de la montaña
es la meta de esta vida.
Quedarse en la oscuridad del valle
es algo común entre los hombres.
Pero tarde o temprano,
como el agua que se evapora,
ha de subir a la montaña
para caer como la lluvia viva
sobre el valle.
Cuando el agua se evapora
puede recorrer inmensos territorios
y puede atravesar grandes desiertos,
cosa que no haría siendo río.
Cuando el agua se hace nube
atraviesa todas las fronteras de los hombres
sin pedir permiso,
en cualquier lugar que elige
para materializarse y caer,
es acogida con júbilo y alegría
porque trae la esperanza
de una buena cosecha para los campos.
El sabio aprende del agua
y toma cualquiera de sus estados a voluntad.
Incluso se vuelve hielo por las noches
para quebrar a la más dura roca desde
dentro de ella misma.
El sabio sabe que
todo cuanto ve fuera
existe de alguna forma
en su interior.
Y descubre
qué función ocupa
una mariposa
o un río
o las montañas
o un pajarillo
u otro hombre.
El sabio sabe
que todo es un espejo
donde ve partes de sí mismo.
Por ello no desperdicia la ocasión
de mirarse en cada cosa
con la que lo relaciona la Vida.
Nunca dice: Aquel...
sino: Yo en Aquel...