Vivete

Vivete y se vivirán.

Amate y se amarán.

Niegate y se negarán.

Esfuerzate y se esforzarán.

Superate y se superarán.

Todo cuanto consigas

lo conseguirán;

porque tú eres la HUMANIDAD.

Estás muy seguro de tu ciencia. Me dices que es capaz de crear un paraíso aquí en la Tierra.  Que es capaz de cortarle las alas a la mortalidad del cuerpo. Que es capaz de retener la felicidad en el corazón humano por tiempo indefinido.

Y tú, apoyándote en su fundamento, te sientes tan seguro como seguro se siente un árbol cuando no hay temporal o como seguro se siente un perro al lado de su amo.

Pero sin embargo yo te digo que toda esa seguridad que necesitas es síntoma de tu propia inseguridad. Yo te digo que nada de fuera podrá sustentarte cuando te caigas si dentro de ti no has nacido aún.

Tu ciencia ha creado vehículos potentes para trasladarte, venciendo al tiempo, de un lugar a otro; pero yo te digo que, antes de que naciera tu generación y la generación de todas las generaciones que llenan esta civilización, ya el hombre, que había despertado su interioridad, podía desplazarse a la velocidad del pensamiento y estar en cualquier lugar a voluntad.

Tu ciencia ha creado un confort engañoso basándose en el "¿por qué yo no?" Yo sin embargo te digo que antes de que ella naciera la verdadera ciencia decía: "No es más feliz el que más tiene sino el que menos necesita" o "La sabiduría está en saber aprovechar lo que tienes y no en conseguir lo que deseas".

¡OH Santa Madre Naturaleza! Ayúdame a equilibrar mi cuerpo.

Que así como el viento al pasar arranca las ramas secas de los árboles, tu soplo interior arranque las partes secas y muertas de mi organismo para que quede limpio.

Que así como el sol seca con su calor las partes más húmedas y lúgubres donde penetra, tu luz interior seque los rincones más oscuros de mi cuerpo y los vitalice y los llame a la plena vida.

Que así como la tierra es la palma de tu mano donde todas las cosas se apoyan para su sustento, tú alargues ese sustento hasta las interioridades de mi cuerpo para que éste sea frondoso y bello.

Que así como el agua es tu sangre y por ella te vuelves inquieta, móvil y fluida, y todo lo penetras fecundándolo, así hagas también de la sangre de mi cuerpo un líquido cristalino y lleno de vitalidad que todo lo transmute.

¡OH Santa Madre Naturaleza! Que así sea.

Qué difícil es, hermano mío, saber sobrellevar mi propia forma de ser. Esta forma de ser que me estanca en los condicionamientos. Que corta mi eternidad y la vuelve mortalmente complaciente. Que me impide vivirme. Que me ata como una cuerda invisible más fuerte que mil cuerdas. Que me hiere en lo más íntimo porque enfrenta multitud de cosas fuera y dentro de mí, creando un caos donde sólo en mi esencia prevalece el Amor y la ternura.

¿Cómo podría unir los dos mundos?

¿Cómo podría ser complaciente con una careta que yo no he confeccionado para cubrir la cara de mi espíritu?

¿Cómo sublimar los impulsos de mis circunstancias hasta hacer de ellos un vaso donde beban todos los seres el néctar de mi esencia?

¿Cómo podría traer el Presente y hacerlo mi amigo más íntimo y así evitar que el Pasado venga a ocuparme a cada momento y que el Futuro a veces se siente a mi lado y no me deje ver la Realidad?

¿Cómo podría pasear en el Aquí Ahora, sin memoria; como un vagabundo para quien no existe la prisa y todo lo lleva consigo. Para el que no existen raíces ni existen porqués?

Cuando me desnude del cuerpo y sólo me cubra mi esencia. Cuando tan sólo con pensarlo sea aquello que pienso. Cuando no exista lo múltiple frente a mí sino también "yo mismo ". Cuando sueñe conscientemente en mi propia eternidad y envuelto en ella me pasee por la manifestación y la contemple desde fuera como quien contempla un campo lleno de vida.